No podía hablar en serio, ella no estaba diciendo eso
-La única guerra que se avecina es la de todos los mundos contra Octopalus.-dije seguro, la examinaba como si se hubiera vuelto loca y de cierta forma me lo parecía.
-No me mires así. Me lo han dicho.- me respondió empezando a llorar en silencio. La atraje hacia mí, quité sus lágrimas con mis dedos y la sostuve mientras ella se apoyaba en mi hombro, cansada.
-No pasará nada. Dime, ¿quién te ha dicho eso?- susurré en su oído en un intento por tranquilizarla.
-El Nixe…que estaba para la explicación de la sección.- Explicó medio atragantada. Suspiré, ese maldito siempre hacia una prueba a los nuevos, una dura, una que sabía que no iban a superar para que abandonasen sus puesto.
-¡Ese maldito!- dije en voz baja. La obligué a mirarme a los ojos y susurré: – Miley hazme caso, no hay ninguna guerra entre pekjunces y terrícolas. Es una patraña. Ese tipo siempre hace eso. Quiere que te vayas, quiere que nos vayamos todos y así nuestros planetas queden desprestigiados a la merced de la chusma cósmica que nos rodea…-
-Shannon…- me cortó pero seguía llorando débilmente con una mirada de incredulidad en sus ojos.- estoy tan conmocionada…no puedo…pensar ahora eso.-
La abracé, apreté su cuerpo contra el mío y después la conduje del brazo hacia una cafetería que se ubicaba cerca del vestíbulo. Las paredes de un cálido y suave marrón nos envolvían. La llevé hasta una mesa y dejé que pidiera un café a la camarera de mi parte, sólo pedí una coca-cola y un pequeño aperitivo de carne terrestre.
-¿Estás mejor?- dije mientras tragaba la bola que se me había formado. Ella asintió cabizbaja mientras apartaba la mirada de mí, enfocada en la mesa.- Mírame.-
Ella negó, repetí lo dicho en forma de orden. Ella parpadeó sorprendida y me miró.
-Lo siento, es sólo que no puedo creer lo que estabas diciendo.-
-Es la verdad, puedes confiar en mí. Jamás mentiría a una criatura tan linda como tú.-confesé.
-Te creo.- sonrió al decir eso.
-¿Por qué sonríes?-
-Estás agitado, tus reacciones de pekjunce se asemejan demasiado a un gato. Es tan gracioso…- Reímos y en ese momento no me podía haber sentido mejor.
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La semana que viene le toca continuar a Ciara :D.
Kerochers, ¿qué tal ven la historia? ¿Les gusta?